Uno de los problemas complejos a resolver en seguridad, es la creación o la mejora de la “conciencia del riesgo”.
A veces nos cuesta aceptar que sí existen riesgos y que por lo tanto, somos vulnerables a ellos y estamos expuestos a un accidente. Por esta razón es que creamos barreras internas, conscientes e inconscientes, que nos hacen sentir y creer que “a mí no me va a pasar”.
Existen personalidades que son más propensas a sufrir accidentes, y se caracterizan por lo siguiente:
- Inmadurez o inexperiencia
- Escasa conciencia del riesgo
- Dificultad para atender y concentrarse
- Exceso de confianza
- Exposición consciente a los riesgos
- Inestabilidad emocional
- Dificultad para cumplir normas y procedimientos
Identifiquemos estas características en nosotros y tomemos las medidas que correspondan para mejorar nuestra actitud y predisposición hacia los estándares de seguridad.
Otro factor importante a tener en cuenta, son los procesos de cambios que se pueden dar y que nos obligan a reevaluar la tarea y por lo tanto a verificar que existan nuevos peligros y/o riesgos que requieren tomar nuevas medidas de prevención.
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